El estrés aparece cuando todo es demasiado: demasiado seguido, demasiado intenso, o simplemente, sostenido durante demasiado tiempo.

Tu cuerpo se activa, tu mente no para. Estás en modo hacer, resolver, aguantar. Siempre alerta, siempre con algo pendiente.
Y aunque tu capacidad de responder sigue ahí, cada vez cuesta más descansar, disfrutar, parar.

Puede que sientas que no puedes bajar la guardia. Que si te detienes, todo se viene abajo.

Pero… ¿cuánto tiempo puedes sostenerlo así, sin romperte por dentro?

En terapia ponemos palabras a lo que estás cargando. Nombrar, alivia.

Exploramos las exigencias internas y externas, lo que te impulsa, lo que te desborda.

Y juntas construimos un espacio seguro, donde puedas escucharte, poner límites y recuperar el equilibrio.

Aprendes a calmar el cuerpo, a ordenar la mente, y a darte permiso para simplemente ser, sin tener que hacer cosas todo el tiempo.