La autoestima no es algo que simplemente se tiene: se construye. Puedes revisar tus creencias, soltar lo que ya no te sirve y aprender a estar de tu lado.

¿Y si pudieras acompañar tus emociones sin que te dominen? Sentir es inevitable. La tristeza o el enfado pueden pesarte o bloquearte, pero también puedes aprender a acompañarte en ellas.

A veces, lo que aprendiste ya no te sirve. La expectativa de lo que deberías ser puede nublar quien eres realmente. Pon la mirada en ti, en lo que resuena contigo.

Sanar no es tapar lo que duele, es darte el espacio para mirar la herida con compasión e integrar lo que pasó.

Aprender a convivir con la incertidumbre es un acto de humildad y de honestidad. No todo se resuelve al instante. Necesitamos aprender a habitar la duda con más amabilidad y menos autoexigencia.

¿Paralizado/a y abrumada/o?, ¿Qué batalla interna estás viviendo? El bloqueo puede ser incómodo, pero también una oportunidad para explorar lo que te genera conflicto y avanzar con conciencia.

El miedo siempre estará contigo, protegiéndote, pero no debe paralizarte ni decidir por ti. Aprende a escucharlo, ponerle límites y convertirlo en tu aliado para avanzar en el camino.