La culpa: cómo empezar a elegirte sin sentirte egoísta

Pensar en ti puede generar miedo o culpa, sobre todo si nunca aprendiste a hacerlo. Sin embargo, cuidar de ti no es egoísmo: es responsabilidad. Hoy quiero hablarte de la culpa que aparece cuando empiezas a priorizarte, por qué surge y cómo puedes aprender a elegirte sin sentirte mal por ello.

¿Qué es la culpa y por qué aparece cuando intentas pensar en ti?

La culpa es una emoción que aparece cuando sentimos que estamos haciendo algo “mal” o que estamos defraudando las expectativas de los demás.

Cuando empiezas a pensar en ti, es común que aparezca, porque quizás durante mucho tiempo te enseñaron que tu valor dependía de satisfacer a otros: ser amable, estar disponible, complacer.

Elegirte a ti misma puede activar ese miedo a decepcionar. Pero no se trata de hacer daño a nadie, sino de aprender algo nuevo: poner límites y escucharte.

¿Suena sencillo eh?

Ambas sabemos que no lo es…

Por eso quiero ayudarte a aprender cómo hacerlo, sí, cómo elegirte aunque la culpa aparezca.

Cómo empezar a elegirte (aunque aparezca la culpa)

1. Cuestiona tus automatismos

Elegirte empieza cuando dejas de responder en automático.
Antes de decir “sí” por inercia, haz una pausa y pregúntate: ¿qué quiero yo?
Puedes darte espacio con frases como:

  • “No lo sé, dame un momento.”

  • “Necesito pensarlo bien.”

  • “No lo puedo confirmar ahora.”

2. Acepta que la culpa puede acompañarte al principio

Puede que tengas que empezar eligiéndote con culpa, y eso no significa que estés haciendo algo malo. Significa que estás haciendo algo distinto. Esa incomodidad es parte del cambio.

3. Aprende a responsabilizarte, no a culparte

No se trata de señalarte por tus errores, sino de hacerte cargo de ti. La diferencia es enorme: la culpa paraliza; la responsabilidad construye.

4. Normaliza que no siempre se siente bien

No es fácil decir “no”, sostener la incomodidad del otro o sentirte juzgada. Pero a largo plazo, elegirte te conecta con lo que eres y con lo que necesitas.


Elegirte no siempre se siente bien al principio… pero a largo plazo se siente auténtico.
Cada vez que eliges escucharte, pones un ladrillo más en tu propio cuidado.
Y sí, quizás haya miedo o culpa, pero también hay algo nuevo: verdad y libertad.


Con todo mi cariño,

Claudia

Siguiente
Siguiente

Cómo superar la dependencia emocional